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¿Por qué no estoy emocionada por tener un bebé?



¿Te sucede (o sucedió) que durante el embarazo y los primeros meses de vida del bebé te sientes indispuesta, quizás con deseos de llorar, con una angustia intolerable, con sensaciones encontradas, incluso enojada contigo, con tu pareja, con todos? ¿Tener esas sensaciones te hacen "mala madre", porque deberías estar agradecida y emocionada por la llegada de este nuevo ser? ¿Intentas por todos los medios mostrar júbilo y alegría, pero por dentro la tristeza es la emoción dominante?


Quiero decirte que no eres la única, y que tampoco es justo que te sientas culpable por sentir eso que sientes. Según diversos estudios, entre el 30 al 50% de las mujeres experimenta emociones de desconcierto, incluso de desamparo, tristeza, llanto, soledad, enojo, entre otros tantos.


Y es que, seamos sinceras, el embarazo trae consigo una serie de cambios a nivel físico y hormonal, lo cual puede hacer más sensible a la mujer. Súmenle el cansancio físico del último trimestre, o los muy diversos malestares; tampoco podemos olvidar el contexto familiar y social que rodea a la mujer, el vínculo que tiene (o no tiene) con su pareja, la situación laboral y económica, entre otros muchos factores. Es un entorno complejo y multifactorial. Todo ello, varias mujeres, lo viven con mayor intensidad durante el periodo de embarazo y los primeros meses de la llegada de un/a bebé.


En muy diversas ocasiones, cuando una mujer comparte estas emociones, surgen diferentes reacciones, desde aquellas que tienen la mejor intención y afirman "ya se te pasará, no te preocupes", hasta los juicios culpabilizantes de "no deberías sentirte de esa manera, deberías estar agradecida o el quizás, muy en el fondo no quieres al bebé". Ni las primeras ni las segundas ayudan.


A pesar de ser reconocidas en el ámbito clínico y de salud mental, la tristeza y la depresión postparto son un tema poco tratado en lo general. No se concientiza ni a la mujer ni a la pareja ni a la familia sobre la posibilidad de que alguno de éstos aparezcan. Casi todo se centra en la emoción, la alegría, el júbilo, el bienestar del bebé... pero a veces nos olvidamos del bienestar de la madre.



Te comparto algunas características generales de ambas:


Tristeza postparto

Es también conocida como baby blues. La mujer se encuentra inestable emocionalmente, se le dificulta el control de las reacciones emocionales, se muestra irritable, aunque en ciertas oportunidades manifiesta tristeza y llanto, así como ansiedad y desesperación ante la percepción de dificultad del manejo del recién nacido/a. Suele tener una duración de 2 a 3 semanas, aunque si ésta se mantiene, altamente recomendable acudir a apoyo psicológico.


Depresión postparto

Cuando hablamos de una depresión, en el sentido clínico, estamos adentrándonos a temas que requieren muchísima atención y apoyo por parte del entorno y de profesionales de la salud. De hecho, el diagnóstico habría de hacerlo algún profesional del área de salud.


¿Cuáles son los síntomas generales? Ánimo triste, emociones consideradas desagradables, como el enojo, la tristeza, la angustia, la desesperación, poco o nulo placer por las actividades cotidianas, aislamiento social, sentimientos de infelicidad, sentimiento de culpa, cambios en los hábitos de alimentación y de sueño, dificultad para concentrarse, entre otros.


¿Qué hacer?


  1. Lo primero, y lo más importante, es permitirle a la mujer un espacio donde pueda expresar lo que realmente siente sin temor a ser juzgada o reprimida, un espacio donde pueda decir que se siente triste, enojada, cansada, con muchísimo miedo, angustiada, etcétera.

  2. Parte también relevante es acompañar esas emociones, no minimizarlas ni afirmar que eso pasará, sino validarlas ("entiendo que te puedas sentir de esa manera", "claro que la llegada de un bebé nos puede hacer sentir de esa manera").

  3. Apoyar a la madre con las actividades cotidianas, ya que, en diversas oportunidades, es un motivo de angustia. Si quizás no se tienen las mejores palabras de aliento o de acompañamiento, una forma es ayudando en las actividades del hogar.

  4. Mostrar afecto, vínculo, compañía, si así se solicita. Lo importante es hacer sentir a la mujer que está acompaña y que el afecto, el cariño hacia ella sigue intacto.

  5. Si la situación lo requiere, buscar ayuda profesional, alguna persona que pueda acompañarla en lo que está viviendo. Recuerda, un embarazo, unos primeros meses de vida es algo complejo y multifactorial, no es tan simple.


Remarco sobre la importancia de hacer visible este tipo de situaciones en las mujeres. Negarlo, ocultarlo, no quererlo ver, únicamente puede llevar a agravar una situación que tiene diversas alternativas de solución.

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