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La amistad es una forma de prevenir el suicidio


Una de las condiciones que suele presentarse cuando se atienden casos de depresión, de ideación o intento suicida, es el profundo sentimiento de soledad que suele acompañar a las personas que lo padecen.


Me preocupa muchísimo ver cómo el mundo, lo sociedad, en lo general, se afana en marcar diferencias, crear muros y divisiones, en crear ciudades, pero no comunidades. Los vínculos hoy, se caracterizan por la superficialidad, por el utilitarismo, por el "úsese y tírese" (tan característico del consumismo), por el individualismo, por la falta de verdadera unión.


Vivimos tiempos líquidos (en palabras de Zygmunt Bauman): sociedad líquida, relaciones líquidas, vidas líquidas. Ya no hay solidez, todo es hueco, flexible, adaptable, relativo, y esto, a un nivel macro, tiene un impacto profundo. No ser capaz de verlo es pecar de miopía .


Los números no mienten. Hoy son, aproximadamente, 800 mil personas a nivel mundial que se han suicidado. En muchos países, el suicidio es la primer causa de muerte no natural. Estamos ante una situación grave que requiere ser atendida desde todos los frentes. No sólo requiere atención psiquiátrica y psicológica, sino también familiar, social, espiritual, de gobierno, nutricional, deportiva y de otras tantas instancias para poder revertirla.


Pero, para fines de esta reflexión, me enfoco a una de las áreas en las que podemos contribuir en nuestro entorno inmediato: crear grupos, tribus, comunidades, amigos, ¡vaya!, verdaderos vínculos.


Irving Yalom, reconocido psicoterapeuta existencial, compartió una frase que es base para muchos logoterapeutas: "lo que cura es el vínculo". Y es que, resumido en pocas palabras, entendemos que una parte significativa de un proceso de acompañamiento se funda en la relación genuina de dos personas, dos seres humanos que coinciden en un momento en el tiempo y que se ayudarán mutuamente a crecer. Ahí está la clave de la curación.


Y crear vínculos genuinos y profundos no es exclusivo del logoterapeuta sino una capacidad que cualquier persona puede desarrollar. Por ello, hoy quiero invitarte a crear relaciones más humanas, más sinceras y más profundas. Créeme, sentirse parte de un grupo es una gran forma de prevenir la depresión, el suicidio y muchas situaciones emocionales. Sentirse parte de un todo, nos ayuda a afrontar con mayor entereza las dificultades. Porque bien dice una frase popular: "una tristeza compartida, se divide en dos; y una alegría compartida, se multiplica".


Considera los siguientes puntos que te ayudarán a fortalecer la unión y la amistad con quienes te rodena:


  1. Desconéctate. Vivimos tiempo de alta conexión, y desgraciadamente, en muchas de las reuniones a las que asistimos, estamos más al pendiente de nuestro celular que de las personas que nos rodean. Por ello, desconéctate, disfruta más de la compañía de tus amigas y amigos, que de lo que sucede en tu smartphone.

  2. Interésate en actividades de tu familia y amigos. Yo sé que es más divertido hacer cosas que nos gustan, pero atreverse a hacer aquellas que disfruta alguien más, crea lazos cada vez más fuertes y profundos.

  3. Busca espacios para pláticas profundas. Todas y todos tenemos inquietudes, dudas existenciales, miedos, preocupaciones, metas, anhelos, ilusiones, pero pocas veces lo compartimos. Así que, en la medida de lo posible, busca personas con quienes puedas, a menudo, compartir lo más profundo de ti.

  4. Reconoce lo positivo de cada persona que te rodea. Desgraciadamente, solemos enfocarnos en lo malo, los errores, las debilidades; pero para construir vínculos fuertes, es mejor enfocarnos en lo positivo de cada persona.

  5. Sonríe. Pareciera una recomendación absurda, pero proyectar alegría nos hace construir puentes hacia las otras personas. Reflejamos apertura y disposición. Así que, sonríe, sonríe mucho.

Ya lo sabes: los amigos son una forma de prevención del suicidio.

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