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Dar esperanza



Un factor importante de protección, al momento de hablar de prevención frente al suicidio, es la esperanza. De ahí la necesidad de crear estrategias que se enfoquen en ello: en brindar esperanza - posibilidades - a las personas, tanto para la resolución de conflictos, como para el desarrollo personal, profesional, afectivo, ambiental, entre muchos otros.


¿Por qué el suicidio, en varios casos, se alza como una opción? Porque para la persona se convierte en la única alternativa para acabar con su sufrimiento. Al final, muchas veces, lo que la persona con intención suicida lo que quiere no es morir, sino un respuesta ante lo que está viviendo, ante aquello que se ha convertido en algo que le daña, que le lastima en lo más profundo; y, ante la falta de alternativas, el fin de la vida se vislumbra como un camino.


Por eso - insisto - en que se trabaje en la creación de espacios que brinden esperanza (posibilidades) sólidas a lo que hoy estamos viviendo. Seamos sinceras/os, el mundo mismo es algo desesperanzador: la economía no va bien, los cambios climáticos nos afectan cada vez más, las posibilidades laborales sin limitadas, altamente demandantes o no acordes a las necesidades actuales, aún persiste el tabú sobre la salud mental, se continúa con actos de discriminación, la violencia aumenta, las familias están más desunidas, ya no hay cohesión social, la pobreza también crece, el acceso a la educación de calidad se vuelve más difícil, se cuenta cada vez más con dificultades para el acceso a la salud, la migración a las grandes ciudades contribuye, el consumismo y materialismo afecta, las percepciones sobre el amor y el éxito son errados, el machismo continúa vigente, el bullying sigue presente en nuestros colegios, las redes crean una falta ilusión de felicidad, el estrés aumenta por el exceso (insano) de trabajo, nuestras niñas y niños son excesivamente exigidos, la mala alimentación también es otro factor, se han perdido los valores religiosos, espirituales, sociales, familiares que daban identidad... ¡Uf! El mundo no se muestra muy alentador que digamos.


De ahí, a enfocarnos a fortalecer la ESPERANZA. Y, la esperanza solamente la podremos construir cambiando radicalmente muchas de las cosas que hoy, están dando muestras de estar equivocadas.


Para construir esperanza hay que pensar a largo plazo, en el futuro, en las posibilidades (reales) de un mejor mañana. Y, las acciones que van a contribuir a ello se deben dar desde nuestras personas, desde nuestros hogares, desde nuestros centros de trabajo, desde nuestra calles, centros deportivos, centros sociales, etcétera.


La pregunta sigue ahí, ¿qué puedo hacer para constrarrestar este mal (y muchos otros) que acechan a nuestra comunidad. ¡Puedes hacer mucho! A través de acciones que empiecen a marcar una diferencia - radicalmente - importante en tu entorno inmediato, en ti.


  • Buscar ayuda cuando la necesite.

  • Promover la salud mental.

  • Crear lazos y vínculos fuertes y profundos con otras personas, especialmente, la familia.

  • Enfocarnos en la crítica constructiva y las virtudes de las demás personas.

  • Cuidar y fomentar una buena alimentación.

  • Practicar alguna actividad deportiva o física.

  • Iniciarse en las prácticas contemplativas.

  • Generar espacios de competencia deportiva que promuevan más la solidaridad y la unión.

  • Plantar muchos, ¡muchísimos!, árboles y contribuir al cuidado del medio ambiente.

  • Enfocarnos más en los encuentros persona-persona que en la interacción tecnológica.

  • Abrazar mucho a tus seres queridos, a tus amigas/os, ¡a todas, caray!

  • Practicar arte.

  • Motivar a otras personas a ser mejores.

  • Incentivar la economía local.

  • Pedirle a los colegios la posibilidad de dejar que los niñas y las niñas puedan tener más espacios para la diversión y el juego, tanto dentro de las escuelas como fuera de ellas (tarea en casa).

  • Trabajar en nuestra autoestima, autoconcepto, autovalía, autoaceptación, y demás autos que nos ayuden a alcanzar el amor propio.

  • Promover relaciones de pareja libres de violencia.

  • Continuar con la promoción de la equidad de género.

  • Aceptar las diferencias.

  • Vincularnos más con nuestros vecinos y vecinas.

  • Recuperar los valores espirituales y/o religiosas, según sean las posturas de cada quien.

  • Promover la paz, la comprensión, la empatía, la compasión.

  • Leer muchos libros.

  • Invertir en nuestra formación humana.

  • Viajar, aunque sea viajes pequeños, pero darnos esas oportunidades.

  • Aceptar nuestras emociones y la de los demás.

  • Amarnos, para amar al mundo y a las demás personas.

Éstas son sólo algunas ideas que nos permitirán promover la esperanza. ¿Cuáles propones tú? Mientras más seamos los promotores de esta visión, mayor protección tendremos todas y todos, y menos situaciones graves viviremos.


Por favor, atentos, que hemos creado un grupo que hemos nombrado Colectivo Esperanza, que buscará ser copartícipe de las acciones que ayuden a nuestra amada ciudad, a todos y todas.

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