Agradezco infinitamente a todas las personas que me han hecho llegar la información sobre lo posteado en el portal de Yucatán sin Acoso, donde se ha publicado una fuerte acusación en contra de Mauricio Matamoros con quien colaboré en diversos Lives y conversatorios en un proyecto sobre masculinidades. Sé que me lo han compartido preocupados por el impacto que esto pueda tener en los proyectos que estoy desarrollando. Aprecio infinitamente ese cariño.
Me lo hicieron saber por la aparición de mi imagen junto a la de él, ya que se compartió un flyer de un taller que habíamos pensado realizar en Junio del año pasado dentro del proyecto llamado Homosensibles (y que actualmente lleva por nombre Masculinidades Conscientes).
Junto a él realicé diversas actividades relacionadas a los procesos de deconstrucción masculina y manteníamos un vínculo de amistad, en donde no fui capaz de percibir alguna de las conductas señaladas, por lo que, al darse a conocer en forma pública las acusaciones, me he generado una serie de emociones confusas que he intentado procesar de la mejor manera, y sobre todo, me han mantenido en un estado de reflexión sobre lo que es importante desarrollar para ser capaz de verlas.
Desde que fui enterado de las acusaciones en su contra, he procurado mantener una postura de escucha, de apertura, tratando de comprender los sucesos. Históricamente las mujeres han sido enmudecidas e invalidadas, pero hoy más que nunca cuentan con espacios donde pueden alzar la voz y ser escuchadas.
Mauricio Matamoros no forma ya parte del proyecto de Masculinidades Conscientes, para poder atender adecuadamente toda esta situación y las consecuencias que se generen. Actualmente, la coordinación la comparto con dos personas que han formado parte de las distintas actividades, prácticamente desde el inicio, y con quienes ya estamos trabajando en un posicionamiento sobre esta situación.
Como psicoterapeuta que ha tenido la experiencia de acompañar a mujeres que han sido violentadas en sus distintas formas, lamento muchísimo el dolor que todo esto provoca. Sé que es un sentimiento desgarrador y muy profundo que ninguna mujer ni persona debería experimentar. El impacto psicológico de las violencias es severo y requiere de un proceso largo.
Como hombre, también me duele el sufrimiento que todo esto causa. No podemos validar las violencias que se han manifestado y que aún se manifiestan en contra de las mujeres. Sé, y lo he dicho en muchas ocasiones, que también yo he tenido acciones que han lastimado a diversas mujeres de mi alrededor. Hoy me doy cuenta con toda claridad que, desafortunadamente, he ejercido distintos tipos de violencia. Me arrepiento profundamente y he procurado trabajar para ir erradicando hasta la más mínima de éstas.
Me mantengo muy atento a la evolución del caso, siempre bajo la postura de la escucha, la apertura y de la comprensión, mas nunca de la justificación de conductas que causan daño a otras personas.
Edgardo Flores
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