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El colmo del área de la Salud

Por Ana Laura Moreno Méndez

Decidí escribir sobre un tema que a todas y todos nos preocupa y aflige como comunidad estudiantil, un problema que siempre ha estado presente pero no fue sino hasta hace menos de veinte años que la investigación empezó a revelar los aterrorizantes números y las crudas estadísticas sobre los problemas de salud mental cuando se es estudiante de medicina.


Cuando decidí animarme a redactar este artículo lo primero que me preguntaron fue: “¿Y por qué hablar específicamente de la Facultad de Medicina? Ni siquiera estudias ahí”. Es cierto, no pertenezco al área de la salud, pero soy testigo de la insensibilidad y falta de consciencia que se tiene sobre los retos de esta vocación. Les puedo asegurar que antes de escribir esto me encontraba paralizada, y el alma se me partía, porque pensaba en mis amigas cercanas que estudian medicina.


Primero, es importante aclarar algunos términos: La ideación suicida, es el pensamiento y planeación de cometer un suicidio sin llegar a hacerlo; el intento de suicidio es, valga la redundancia, intentar acabar con nuestra propia vida de manera planeada y voluntaria y; finalmente, si el acto se consuma, se denomina suicidio. También es importante aclarar que la salud mental implica muchas otras cosas pero en eso me estaré enfocando en este artículo.


Durante el proceso creativo me encontré con comentarios como: “Es que ellos toman drogas para estudiar”; “si no aprenden a vivir bajo estrés ahora no podrán ejercer”; “muchas personas ya entran inestables a la carrera”.


Existe un estudio realizado por la Universidad Nacional Autónoma de México en estudiantes de Medicina que reveló que de cada 10 estudiantes uno o una han intentado suicidarse a lo largo de su carrera. Esto no es para nada los frutos de una carrera ardua y demandante, sino el resultado de un trato inhumano hacia los estudiantes y una sobrevalorización a esforzarse hasta el punto que ya no se puede más.


El 15 de septiembre de este año, nuestra compañera, la médica pasante K.J.G.K se suicidó en el Centro de Salud del municipio de Tahdziú, la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY) en un comunicado lamentaba su fallecimiento y aseguraba brindarles apoyo a sus estudiantes a través de su departamento psicopedagógico y se comprometió a “mantener una comunicación cercana con los estudiantes”.


Este comunicado no fue bien recibido por la comunidad estudiantil, en los comentarios de la publicación usuarias y usuarios reclamaron que las instituciones consideran a las y los estudiantes mano de obra barata y no se preocupan realmente por su salud mental ni su bienestar. También criticaron el servicio psicopedagógico porque sus atenciones, además de excesivamente tardadas, no son adecuadas para las necesidades de las y los estudiantes.


Las y los médicos están expuestos niveles de ansiedad y estrés mayores a otras disciplinas; la carga de trabajo es excesiva, los horarios son cansados y partidos, las evaluaciones son complicadas y hay un alto nivel de competitividad entre las y los mismos estudiantes, al nivel de que su propio valor se ve definido por una calificación. En toda institución, el nivel de exigencia es alto y la empatía que se tiene es casi nula, incluso se llegan a tener actitudes abusivas con el propósito de enseñar.


Eso es solamente el inicio, cuando comienza el internado de pregrado, el servicio social y la residencia médica, las experiencias son extenuantes, en condiciones inadecuadas, con becas insuficientes y se exponen a maltrato físico, psicológico y acoso sexual.


Las y los médicos viven con la incertidumbre de que su futuro y la vida de muchas personas dependerán de su preparación, todo esto desemboca sentimientos de frustración, culpa, baja autoestima y un deterioro en el rendimiento académico, cosa que empeora su situación, pueden empezar a tener una actitud hostil hacia sus pacientes, a abusar de sustancias y finalmente, a tener pensamientos y conducta suicida, llamada erróneamente “la puerta falsa”, cosa con la que no puedo estar más en desacuerdo.

Es un problema complicado, ya que además de la Universidad, las instituciones gubernamentales también están involucradas, pero las y los pasantes, siendo aún estudiantes de la Facultad de Medicina, ésta, debería preocuparse por su alumnado y tomar acciones al respecto.


Este tema no es para platicar solamente días después de un comunicado, tiene que ser una conversación constante entre alumnas y alumnos, Facultad e instituciones de salud y de gobierno. Todas y todos tenemos que entender que velar por la salud no es solamente saber de primeros auxilios o accidentes sino informarse y empatizar para proveer atención psicología.


Este texto es un recordatorio del camino que tienen que recorrer las y los estudiantes de medicina y una invitación a la reflexión porque es un hecho de que este camino TIENE QUE CAMBIAR, no podemos seguir romantizando el trabajo duro que deteriora la salud mental de una persona, es el colmo que las personas que se están preparando para ver por nuestra salud, sacrifiquen la suya con ese fin.

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