Llega la navidad. Época de paz y felicidad, de unión y armonía, de amor y de momentos de ilusión, pero, no todas y todos están así. ¿Por qué? ¿Es normal sentirse triste, decaída/o en estas fechas? ¿Cuáles son las razones por las cuales no puedes disfrutar plenamente de estas festividades? ¿Somos realmente unos/as grinch de la navidad?
Quizás tenga que ver con el trastorno afectivo estacional. Este tipo de trastorno afecta, según datos publicados en la Revista de la Asociación Española de Neuropsiquiatría por los Drs. Mirén Gatón, Miguel Ángel González y Moisés Gaviria*, alrededor del 1 al 10% de la población. Suele presentarse mayormente en mujeres, más que en hombres. La prevalencia de su aparición se da entre los 20 a los 35 años de edad.
A pesar de ser ya reconocido como un transtorno en los últimos tres Manuales Diagnósticos y Estadísticos de los Trastornos Mentales (la última versión es la 5), aún se desconoce el origen de este trastorno; sin embargo, cada vez se le presta mayor atención a su presencia dentro de la población.
Algunas investigaciones han asociado la presencia de este trastorno con los cambios climáticos de esta época y un tratamiento suele ser la fototerapia y la farmacoterapia, sin embargo, en este artículo me enfocaré a lo relacionado al área psicológica que puede influir en la presencia de este trastorno.
Época de compartir
Durante estas fechas, iniciando noviembre, los temas que suelen surgir son sensibles para muchas personas, ya que se relacionan a la muerte, y posiblemente, a la ausencia, a la pérdida.
En época decembrina se hace mucho énfasis en la importancia de compartir con los seres queridos, ¿pero y si has perdido a un ser muy apreciado cercano a estas fechas o es el primer año en que no estará presente? Cabe destacar que esta ausencia puede ser por muerte o por ruptura de una relación. En ambos casos hay un duelo vigente y la percepción de ausencia.
Felicidad y plenitud
Otro elemento que forma parte de las expectativas de estas fechas es el mantener un estado de felicidad y plenitud. Entre posadas y reuniones sociales, regalos, abrazos y buenos deseos, se espera que mantengamos un “espíritu navideño“ vigente durante todo el mes. Sin embargo la vida sigue y las situaciones que presentan dificultad también se hacen presentes.
Durante estas fechas, paradójicamente, pareciera que no tenemos permiso de sentirnos tristes, decepcionados/as, enojadas/os, porque enseguida se nos señala con falta del espíritu de esta época.
Regalos, presentes, amor
En estos tiempos de alto consumo y materialismo, se ha asociado la idea de que los regalos son de suma importancia para vivir plenamente estas fechas. Por ello, el esfuerzo por conseguir o comprar lo que se considere “mejor” para nuestros seres queridos. Nuestro amor por ellos se mide por la cantidad o precio de los regalos, a mayor costo, mayor amor.
Quizá, por ello, muchas personas sientan que no están disfrutando plenamente las fiestas navideñas, porque, al no poder comprar lo que desean pueden sentir frustración, decepción, enojo, tristeza, etcétera.
Lo esencial
Justo en estas últimas fechas me he puesto un poco más reflexivo sobre la realidad en la que actualmente nos estamos desarrollando, una realidad basada en el individualismo y el consumo, una realidad que cada vez nos está haciendo mucho daño.
Si bien, estos puntos de reflexión no congregan la complejidad de un trastorno como lo es el Afectivo Estacional, si nos ayudan a reflexionar hacia dónde estamos dirigiendo nuestros esfuerzos y nuestras perspectivas en estas fechas.
Es posible disfrutar estas fechas, pero no olvidando a los que ahora ya no están a nuestro lado, sintiendo todas las emociones y reconociendo que no es necesario lo material para disfrutar del amor y cariño de las personas que nos rodean.
Recuerden que les quiero.
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